Nuestra vida transcurre en la tierra siempre al amparo del cielo, unas veces despejado, otras nublado y en otras ocasiones con truenos, tormentas que incluso parece que se va a caer sobre nosotros.
Es una réplica exacta de lo que es nuestra vida, momentos de felicidad, momentos no tan felices y desgracias.
Siempre he sido de los que han dicho que después de las tormentas siempre sale el sol y quiero seguir creyendo en ello, aunque hay momentos como este en que es casi imposible ver el final de la tormenta.
Sé que llegará y sé que será duro el camino, pero también sé que no lo recorro solo.
Quiero dedicar este post y este blog a mi madre, que creyó en mí y me animó, que me apoyó al 100% para comprar mi cámara, esa que plasma lo que veis aquí.
Allá donde estés gracias. Tu hueco es muy grande pero tu recuerdo aún lo es más.
Va por ti mamá.
Preciosas Javi. No dejes de sacar a pasear esa cámara.
Las palabras dicen lo que la mente y el corazón callan y tan sólo se siente. Las imágenes, la cercanía hacia la persona que se nos fue y la lejanía provocada por una ausencia con tristeza y dolor pero que es el contrapunto a la luz que nos ilumina día a día para seguir en el camino y remontar con el paso del tiempo.
Se consigue, te lo aseguro,
No dejes de trasmitir nunca.
Cualquiera puede hacer fotos,pero no todos tienen el don de hacer llegar una imagen y unas palabras quete lleguen a el corazón, excelentes fotos Javi,no dejes de seguir compartiendo esos momentos con tu cámara. Enhorabuena